¿Quién es Dios?

PRIMOGENITURA

En los tiempos antiguos, y para algunas familias en la actualidad, la primogenitura es cuestión de honor y responsabilidad, el primogénito (en los tiempos antiguos) era el que tenía el derecho de presidir la familiar, continuar con un legado, inclusive, recibir mayor porción de la herencia y para otros adquirir la deuda dejada.


El primogénito se refiere al primer hijo nacido, en algunas culturas debe ser el varón, si antes nace una mujer no heredaría primogenitura, sino que correspondía al varón hacerlo, y en aquellas familias donde no nacía varón, entonces la herencia o deuda se traspasaba a su hermano, hermana, padre o madre. Ya en estos tiempos, ha cambiado este pensamiento, dando un lugar dentro de lo heredado a las mujeres, pero aquellos eran otros tiempos. Esaú, primer hijo de Isaac, era quien debía recibir la bendición, la mayor porción de la herencia; encontramos en la historia que menospreció esto que por derecho le correspondía.


La crianza de Esaú y Jacob fue distinta, Esaú conocido por ser diestro en la caza, hombre del campo; en cambio Jacob era quieto, habitaba en tiendas (Génesis 25:27). Isaac amaba a Esaú y Rebeca amaba a Jacob. Esta división en el hogar, donde el padre o madre ama más a un hijo que a otro, crea divisiones entre ellos; conflictos que pueden trascender en su futuro. Esto sucedió con ellos. Jacob no sabía cazar, no era un hombre de campo, ni violento en tal sentido, ya que para la caza es necesario usar la violencia y eso hace subir la adrenalina y emociones, una aventura que exalta la personalidad de la persona, en cambio, era de estar quieto, aprendió a cocinar, era un hombre de hogar, por ello Rebeca le amaba a tal punto que aprendió a manipular para obtener algo a cambio.


Antes de emitir juicio entienda que, en esos tiempos, la mujer no trabajaba por un beneficio económico, dependía totalmente de su marido, por ello dentro de la historia conseguimos que ellas, para obtener algo debían ofrecer algo a cambio, como muy cruel que suene, era cierto, por ello manipulaban (en el buen sentido de la palabra) para poder tener algo. Esaú lo contrario, no sabía cocinar, no era de estar en casa ni ayudar con los deberes del hogar, por consiguiente, un día Esaú volvió de cazar, cansado, con hambre, y al llegar a casa lo invade el olor de un guisado de lentejas. Encontramos el mayor contrato compra-venta de los tiempos, que cambiaría el destino de estas dos naciones y el curso de la historia:

Génesis 25:31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. 32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? 33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. 34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.


Un Contrato Compra-Venta entre Esaú y Jacob, el mayor trueque de la historia de la humanidad; un secreto que saldría a la luz años mas tarde, cuando el tiempo de declarar bendición y recibir herencia llegó.

Isaac, al envejecer y habiendo quedado ciego, habla a Esau, su hijo mayor, su primogénito (Génesis 27:1) sin saber que había vendido su primogenitura años atrás, le pide que salga al campo, traiga caza y prepare un guisado para que él le bendijera antes de que muera, es decir, el acto de repartir herencia en bendición; pero Rebeca estaba oyendo, y al ver la situación llama a Jacob y diseña un plan para engañar a Isaac y que sea Jacob quien reciba el beneplácito; efectivamente ese día Jacob, con ayuda de su madre, engaña a Isaac para recibir la bendición de la primogenitura


Génesis 27:27 Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: Mira, el olor de mi hijo, Como el olor del campo que Dios ha bendecido; 28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto. 29 Sírvante pueblos, y naciones se inclinen a ti; sé señor de tus hermanos, y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldijeren, y benditos los que te bendijeren.


Al acabar de recibir la bendición, llega Esau, prepara todo para recibir lo que le correspondía, pero ¡Vaya sorpresa se lleva!, ya su hermano se la había arrebatado, aunque Esau años atras habia vendido su primogenitura ese enojo no tenía valor, pues ya él lo había jurado a Jacob, por lo que su queja dentro del marco legal no era válida, cosa que su padre no sabía; por ello no quedó bendición sino un plato de segunda mesa:


Génesis 27:39 Entonces Isaac su padre habló y le dijo: He aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra, y del rocío de los cielos de arriba; 40 Y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; y sucederá cuando te fortalezcas, que descargarás su yugo de tu cerviz.


Es decir, el mayor servirá al menor, lo que Dios le había dicho a Rebeca años atrás, antes de nacer Esau y Jacob, una profecía dada por Dios mismo (Génesis 25:23… Y el mayor servirá al menor), y su cumplimiento. Ahora empieza un guerra entre estos hermanos, pues por esta causa Esau jura matar a Jacob.


Jacob huye, con la bendición de la primogenitura, no había aún conocido personalmente a Dios, podemos sospechar y deducir que al vivir con su padre Isaac, ver las costumbres, algunos sacrificios que hacían a Dios, la experiencia de su abuelo Abraham y las experiencias vividas en el mundo antiguo (Adan, Noe), conocía de su existencia, pero no había experimentado un encuentro como sus antepasados.